abandono

Toda mi vida está en vilo, mi dependencia hacia vos es absoluta, y ya no sé cómo resistirlo. No soy feliz si no estás en casa, y cada vez estás menos. Son horas de hastío en la soledad, pese a que cuento con todas mis cosas, mi espacio, mi cama y no soy muy complicado para comer. Me las arreglo bien en ese aspecto, si no me dejas preparado siempre encuentro algo con que zafar, pero se me hacen interminables los días desde que empezaste a trabajar tanto. Y desde que lo trajiste a Javier a casa. Antes tus mimos y tus caricias eran solo para mi. Me muero de celos, aunque no voy a negarte que sus juegos también me pueden, sobre todo cuando me arroja cosas para que se las traiga. Recuerdo como me cuidabas cuando era chiquito, en la época que eras como una madre para mi. Realmente pensé que eras mi madre los primeros años de mi vida, hasta que fui conociendo otros como yo y te vi interactuar con otros como vos. Con el tiempo fui entendiendo todas las diferencias que nos hacen seres distintos y todas las conexiones que nos hacen un solo ser. Se perfectamente cuando estas alegre, cuando nerviosa, cuando brillante. Sé que hacer para calmarte el dolor de panza y como sacarte una sonrisa cuando estas triste. No puedo soportar los truenos sin acurrucarme en tus piernas, me da pavor el ruido, igual que los petardos. Tu olor delicioso me calma, conoces cada punto de placer en mi cuerpo, hasta el de atrás de las orejas y sobre todo esa parte del lomo que me hace mover la pata. Nada me gusta mas que sacarte a pasear al parque o irnos de vacaciones juntos. Defenderte de los vecinos ladradores o avisarte en las esquinas cuando no vienen autos y podemos cruzar, con esa mirada cómplice que solo nosotros nos entendemos. O indicarte el camino en la ruta, sacando yo la cabeza por la ventanilla para olfatear para que lado queda el mar, sin que vos tengas que despeinarte. Pero tus ausencias me están matando, pierdo el sentido de mi existencia si no la compartimos. Creo que mi carácter está cambiando, me cuesta jugar con alegría cuando noto que me dedicas solo un ratito de tu poco descanso, sin amor. En la desesperación, me pongo ansioso y termino rompiendo todo, te enojas conmigo y ya no sé qué hacer. Pensar que me puse contento cuando trajiste a esa rubia de pelo largo. Estaba buenísima, hermosa, me dio otro tipo de placer que yo no conocía. La pase genial, pero cuando se la volvieron a llevar, me produjo una desazón increíble. Creo que fue ese día que realmente cai en que estoy fuera de lugar en este mundo, que es mas tuyo que mio. Tengo todo servido en bandeja pero soy como tu esclavo. Pienso en saltar la valla del jardín y escaparme, no tener que verte nunca mas, pero luego me doy cuenta que eso es imposible, no me queda otra que seguir siendo un perro a tus pies.