Una Vida Sin Sentido(s)

En el año 2020 empezaron con el olfato. Tengo recuerdos lejanos de aquella época en mi adolescencia y creo que era 2023 o 2024 cuando por fin me tocó el virus. Para esas fechas ya existía una cepa resistente a todas las vacunas y a pesar de no tener una tasa de mortalidad más alta que la cepa original, dejaba a 100% de sus victimas sin olfato. A veces pienso en los olores sencillos. El olor de pasto recién cortado, papas fritas a la provenzal, las flores de la primavera, un bosque verde e incluso el olor de vinagre, pedos y un cadáver de pájaros. Creo era el sentido que menos apreciaba en esa época pero ya que fue el primer sentido que perdimos es el que más extraño.

Fue muy curioso descubrir el nivel del vínculo entre el olfato y gusto. Sucede que luego de unos 5 años sin poder oler nada, el gusto empieza a debilitarse. Lo noté cuando me di cuenta que estaba poniendo salsa cada vez más picante a la comida porque faltaba sabor. La grasa de una hamburguesa con panceta a la lengua, una cerveza IPA , una fruta ácida y jugosa, un queso azul derretido, una ostra cruda empapada por limón, un curry con cúrcuma o un guiso como los que hacía mi abuela. Al pensar en esas comidas hasta hoy en día me genera baba aunque haya pasado tantos años que mis recuerdos a esos sabores existen solamente como conceptos abstractos. Nadie consume cosas así hoy en día porque no tiene ningún sentido comer algo rico cuando no tenés ningún sentido de gusto. Y además conviene porque 80 billones personas pueblan la tierra y no hay recursos naturales para que ni un 20% pueda comerse un bife de vez en cuando. Así que subsistimos de un licuado blanco con la textura de tiza para todas las comidas. Es interesante el concepto del gusto que es tanto la sensación corporal con el que se perciben las sustancias químicas disueltas en la lengua como el placer. A medida que iba perdiendo el gusto, la vida iba dejando de darme momentos de placer.

Viví muchos años en ese estado sin olfato y gusto. Aprendí a afinar mi tacto, vista y oído. El mundo se presentaba de una manera distinta con solamente esos sentidos porque todavía era muy fácil de navegar la vida, pero con menos placer. Sin placer la tristeza de la gente empezó a incrementar. Las protestas eran cada vez más violentas y el régimen mundial se sentía amenazado. Necesitaba una forma de someter a la población.Así que desarrolló un láser que dejaba a su victima permanente ciego al instante. Al disfrutar de una pequeña victoria de derribar una protesta de Oceanía con el láser, empezaron una campaña mundial de ceguera. Tardaron apenas 2 años en erradicar la vista de la raza humana. Ni extraño la habilidad de caminar fácilmente y navegarme por las calles. Lo que realmente extraño es la sensación de ver un paisaje visto desde la cima de una montaña, una playa tropical, una pintura en un museo o una mujer linda.

La ira de la gente se puso peor pero sin poder ver no podía manifestarse. La situación entre la urgencia de defender sus derechos como humanos y las únicas formas de percibir siendo el oído y tacto, un renacimiento de música empezó como el único vehículo factible de protesta así como la última arte que existía. Habíamos entrado en la época de la mejor música desde mi niñez en los 90 y me dediqué a aprender a tocar 5 instrumentos. La música empezó a revivir ese placer que perdí con el gusto y sé que estaba sucediendo entre muchas personas. El mensaje de esperanza empezó a ser transmitido por la música y el régimen volvió a tener miedo. Tomó la decisión rápida basada en su éxito en su campaña de ceguera para acabar con el oído en un acto valiente de aferrarse al poder. Además de la música extraño el sonido de una cascada, el mar, el canto de pájaros y la voz de mi pareja. No ha pasado tanto tiempo así que todavía esos recuerdos son muy presentes.

La existencia de solamente el tacto llevó a la gente a depender mucho de ese sentido. Empezó a explorarlo plenamente sabiendo que algún día el régimen iba a quitarlo. Y ni sabemos cual fue el motivo cuando ese día llegó ni sabemos como sucedió. El tacto simplemente se fue. El último recuerdo que tengo de ser una persona que siente cosas es la caricia del amor de mi vida. Pero ya no siento nada y aunque ella siga respirando, ya no tengo concepto de quien es. Este vida que ya tenemos sin sentidos es una vida sin sentido. Soy un viejo que existe en un vacío y la única esperanza que tengo es la muerte.