Bajo del metro y sin salir a la superficie busco una puerta en una pared de piedra. Me acerco a una de las salidas, y veo un agujero en la pared con luces de colores que venían de adentro. ¡Era el lugar de la fiesta! En las entrañas de la estación de metro en un laberinto medieval de cavernas.
Paso por un túnel donde ya se escuchaba música fuerte y voces. En una tarima dentro de una de las bóvedas, pido un trago. En la barra me cruzo con Lucio y Chiara, me recomendaron ir a ver la performance del fondo. Fuimos entre medio de luces de colores en un pasillo con cuadros y oscuridades aledañas donde se veían parejas perderse entre las sombras.
Llegamos al fondo, y de la pista de baile de veía acrobatas con telas de colores en el techo. Era mágico, escenografía medieval entre piedras, con colores y euforia.
Después del 3er trago, dejé a los chicos, que estaban chapando en uno de los laberintos. Viajo entre sala y sala, bailando diferentes músicas, cada vez más suelta. Ya lo surreal era real. Había un hada bailando en una de las pistas, le arregló el tutu, se le estaba cayendo. Cuando se me acerca Luciano, iluminado por luces azules y naranjas. Me hago la linda, lo más que puedo dada la graduación. Bailamos un poco. Cuando cambia de canción me tomó de la mano y nos metemos en una de las cuevas. El hada nos siguío y nos espolvoreo con glitter rojo brillante y nos rocía con agua. La corremos, y entre medio del laberinto nos cruzamos otra vez con Chiara y Lucio. Revolean los ojos y saludan a Luciano. Chiara se tropieza con una tela enorme que estaba tirada en el suelo de piedra. Tomo de la mano a Chiara para ayudarla con la caída, pero me caigo con ella. En ese instante se prenden las lámparas, ya se había terminado la realidad de las tabernas.
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